17 octubre, 2010

Alerta roja en Anfield


La cuarta derrota en liga del Liverpool, no por previsible menos traumática, ha tenido lugar este fin de semana, dejando al conjunto de Roy Hodson ocupando el penúltimo puesto en la Premier. El Everton, eterno rival en el derby de Merseyside, fue además el conjunto ante el que se ha materializado la debacle, por lo que el. Arteta y Cahill hicieron los dos goles del encuentro, que permiten al Everton respirar en liga con algo más de tranquilidad de lo que lo hacían hace tan sólo una semana. Es increíble, pero parece que ni siquiera Torres o Gerrard tiene en sus botas el fútbol o las soluciones necesarias como para empezar a reconstruir una situación que se torna más y más complicada a cada minuto que pasa.


Por otro lado, y si la situación deportiva no fuera lo suficientemente preocupante ya de por sí, hay que sumarle a la coyuntura el embrollo tan sumanente complicado en que anda envuelta la institución a razón de la compra-venta del club. La controvertida salida de los estadounidenses Hicks y Gillett, para los aficionados liverpudlians los dos peores gestores que han pasado por Anfield, ha contribuido a desestabilizar la ya de por sí muy precaria estructura scouser. La cantidad de años sin títulos que llevarse a la boca, así como una errática política de fichajes, que muy bien pudiera estar motivada por la falta de dinero, han conducido a la entidad red a una situación límite. Asimismo, la llegada este año de un entrenador como Roy Hodgson, con un perfil absolutamente diferente al del anterior mister, no hace sino ahondar en la terrible confusión en que se encuentra inmerso el equipo inglés.


Que no andan bien las cosas en Anfield, es algo obvio, de la misma manera que también lo es el que muchos son los cambios que hay que realizar para que el equipo pueda tirar haca delante, de manera que los daños sean los menores posibles a final de temporada. No se habla ya en Liverpool de grandes gestas este año, por supuesto, pues sería de locos hacerlo con los datos de las ocho primeras jornadas en la mano, pero sí de los posibles remiendos que lleven a la institución a sortear los múltiples problemas en que anda metido y los que, seguro, le vendrán como consecuencia de los actuales.

No se sabe si un nuevo entrenador sería la solución -ya hay rumores que apuntan en este sentido en la orilla red del Mersey-, pero lo que sí parece seguro es que los nuevos dueños, los también estadounidenses John Henry y Tom Werner, tendrán que trabajar muy duro y tomar rápidamente las pertinentes decisiones deportivas y económicas, si no quieren terminar como ya lo hiciera diez años atrás otro clásico del fútbol europeo, el Atlético de Madrid. El Liverpool es un grande en Inglaterra y debe seguir siéndolo. Por el bien de los fans del equipo, por el de la Premier y, por supuesto también, por el bien de todos los aficionados.

1 comentario:

  1. Complicada temporada les espera a los Reds.
    Me da rabia, pues desde tiempo inmemorial es el equipo inglés que más simpatías a despertado en un servidor. Lo sigo desde los tiempos en que Ian Rush, John Barnes, Peter Andrew Beardsley, Kenny Dalglish o John Aldridge conseguían títulos y honores tanto en Europa como en las islas.

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