05 julio, 2010

Alemania. Un país mundialista.

A nadie al que le guste mínimamente el fútbol se le escapa que Alemania es un clásico, junto a Brasil e Italia, de la Copas del Mundo. Ha participado en 16 ediciones, habiéndose perdido tan solo dos, las que tuvieron lugar en Uruguay (1930) y en Brasil (1950). Ha sido tres veces campeón (1954, 1974 y 1990) y ha tomado parte en nada más y nada menos que siete finales. Si ello ya fuera de por sí significativo, baste decir para el engrandecimiento de este monstruo centroeuropeo, que en el período que abarca desde 1982 hasta 1990 jugó las tres finales en liza, saliendo vencedor en la que fuera disputada en Roma, en 1990, imponiéndose a la que era campeona hasta aquel día, Argentina, por 1-0. No hay nada, por mucho que rebusquemos, en la historia mundialista de este país que suponga un tachón. Su paso por los mundiales ha sido casi en el 100% de los casos, inmaculado. ¡Una envidia, vamos!


Las diferentes selecciones alemanas que han disputado los mundiales, han estado plagadas de estrellas de primerísimo nivel. Desde que participaran en 1934 por primera vez, muchos han sido los jugadores que han destacado por encima de los demás. Por nombrar a tres o cuatro:

- Por hacer un homenaje a aquella primera Copa Mundial obtenida por los germanos, sacaremos a relucir el nombre de un tal Uwe Rahn, autor de dos de los tres goles de Alemania en aquella final en el estadio suizo de Berna, mediante los que derrotaron a una impresionante Hungría en la que figuraban los inmortales Puskas, Kocsis y Czibor, entre otros, y que, anecdóticamente, había derrotado al conjunto alemán, tan solo un par de semanas antes, en la primera fase, por un contundente y aplastante 8-3.

- En segundo lugar, podemos hablar del que, hasta ahora, ha sido el gran capitan de la Mannshaft, del Kaiser, la figura con más autoridad de todas cuantas han defendido la blanca zamarra teutona. Estamos hablando, por supuesto, de Franz Beckenbauer. Este defensa, uno de los primeros líberos que se recuerdan, lideró a su país en el mundial de 1974, en el que se proclamaron vencedores, ganando en la final a aquella seductora Holanda del "fútbol total". En 1990 volvió a proclamarse campeón del mundo, pero esta vez como entrenador, siendo la primera persona que lograba alzarse con el título desde el terreno de juego primero y desde el banquillo después. Es, indudablemente, el jugador más representativo de la historia y de la idiosincrasua del fútbol germano.


- No podemos olvidar dentro de este repaso a los jugadores más simbólicos de la historia de Alemania, a Gerd 'Torpedo' Müller, máximo anotador, hasta hace dos días, en que le ha igualado Klose, de Alemania en los mundiales. Catorce dianas tienen ambos. La particularidad de este delantero centro, y que le diferencia del actual delantero alemán, es que consiguió todos sus tantos en los dos únicos mundiales en los que participó (1970 y 1974). Esta bestia del área tiene un record que habla por sí solo de la talla de este delantero: jugó 64 partidos defendiendo la camiseta alemana y marcó 68 goles. Una media de más de un gol por partido. No hace falta añadir mucho más para hacerse a la idea de a qué se dedicaba 'Torpedo' cuando saltaba a un terreno de juego.

- Como colofón de este breve repaso, citaremos al jugador que más mundiales ha disputado de todos los tiempos, Lothar Matthaus. Este jugadorazo ha estado presente en cinco mundiales. No se perdió una sola cita desde que debutara en la edición celebrada en España, en 1982, acabando su larga singladura mundialista en el de Francia, en 1998, contando ya con 37 años. Ha jugado un total de 150 partidos con la Mannshaft, siendo, por tanto, el jugador que más veces ha vestido la camiseta del combinado nacional. Es, por méritos propios, uno de los jugadores más queridos por el exigente aficionado teutón.


El próximo rival de España es, sin ningún lugar a dudas y mirando al pasado y al presente, uno de los equipos más complicados que cualquier combinado nacional se puede encontrar. Tras la derrota en la final de la Eurocopa de hace dos años, el conjunto dirigido por Löw ha ido perfeccionando un sistema de juego al que los jóvenes valores llegados desde las categorías inferiores le han puesto un sorprendente nuevo sello, imprimiéndole al juego del equipo una brillantez y efectividad brutales. La lesión de Ballack, que a priori suponía una baja importante, ha permitido al entrenador alemán desarrollar un tipo de juego rápido y alegre, que encuentra portería con una facilidad asombrosa. Buena prueba de ello son los 13 goles anotados hasta la fecha en Sudáfrica. Asustan, la verdad. No obstante, y sabiendo que no será fácil derrotarles este miércoles, el juego y la forma de competir que puede desarrollar nuestra selección habría de ser suficiente para apear a esta máquina de aplastar contrincantes y que responde al ya de por sí bastante sobrecogedor nombre original de 'Deutschland'.

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