16 julio, 2010

¡CAMPEONES DEL MUNDO!

¡Uf! Ya es viernes y aún no había escrito sobre 'nuestro' mundial. Es que esto ha sido demasiado. Desde que el balón impulsado por el pie derecho de Iniesta (¡ese gran hombre, ese crack!) golpeara el interior de la portería holandesa, no he parado de repetirme una y otra vez que somos campeones del mundo. Un llanto desconsolado, motivado por la tensión y la emoción del antes, durante y después del partido, fue la sensación que invadió mi cuerpo en aquel instante. No sé muy bien cómo sucedió, pero tras los abrazos, me encontré sollozando junto a la más solitaria esquina del bar donde vimos el encuentro, sin ningunas ganas de ver el final, no fuera a ser que algo o alguien se atreviera a estropear lo conseguido. Tras esa primera sensación, la satisfacción y la alegría se han ido abriendo paso de una manera cada vez más racional, hasta hoy, en que me veo medianamente capaz de escribir sobre este hecho, es decir, sobre la inmensa gesta llevada a cabo por una selección compuesta por veintitrés héroes, que se batieron de la mejor y más efectiva manera en Sudáfrica. Por fin, tras tantos años de ver como eran otros los que levantaban el dorado trofeo, nos tocaba a nosotros alcanzar una gloria que ya pensábamos nos estaba vetada. Casillas alzó al aire la copa y toda una nación supo que la Historia, por primera vez, no le daba la espalda.


Del partido, ¿qué decir? Los primeros quince minutos fuimos la apisonadora que todos deseábamos, creando hasta tres ocasiones, tan claras ellas, que los holandeses decidieron cambiar de estrategia, rompiendo con ello el ideal que muchos teníamos en la cabeza sobre el fútbol neerlandés. La violencia empleada por tipos como De Jong o Van Bommel, no hace sino ensuciar el prestigio ganado por los ‘oranje’ desde que asombraran a propios y extraños en el mundial de 1974 con su fútbol total. La entrada que el primero de los dos sujetos realizó sobre Xabi Alonso, no sólo fue merecedora de tarjeta roja, sino que muy bien podría haberle causado al tolosarra un daño terrible. De hecho, si le llega a alcanzar en la cabeza, tal vez estaríamos comparando esa jugada con aquella en la que Schumacher mandó al hospital a Battiston en 1982. Del segundo de los delincuentes, poco se puede decir, además de lo ya comentado por todo aficionado en cualquier foro. A las continuas faltas, algunas de una dureza sobrecogedora, como la perpetrada sobre Iniesta por detrás, el descuartizador de Maasbracht añadió la mezquindad de fingir una agresión. Por no mencionar el sinfín de absurdas y reiterativas protestas que durante los noventa minutos estuvo realizando a Howard Webb, el lamentable árbitro del encuentro.


Lo peor de todo es que se salieron con la suya. Con su actitud, los holandeses consiguieron sacar a España del partido. A partir de ese momento lo pasamos realmente mal. No conseguimos ser nosotros mismos hasta la prórroga, en que el cuadro ‘oranje’ se quedó, por fin, con uno menos, agotados y pidiendo a gritos que llegaran los penaltis. En el intervalo, un par de ocasiones clarísimas de Robben salvadas por un inconmensurable Casillas y algún acercamiento de los nuestros con peligro, como el cabezazo que Ramos, solo y con toda la portería a su frente, mandó por encima del larguero. El resto, como ya sabemos, es Historia. Un gol en el minuto 116, una alegría inconmensurable y una deuda saldada. A partir de ese momento, ya podíamos decir que éramos lo que, como decía, no he parado de repetirme una y otra vez desde entonces, que somos campeones del mundo.

Ahora ya sólo queda seguir disfrutando de lo logrado. Hemos de saber que los nuevos retos que se presentarán en el camino son difíciles y que una adecuada preparación para enfrentarse a ellos es fundamental. En dos años llega la Eurocopa y tenemos la oportunidad de revalidar el título. Nadie lo ha hecho hasta ahora, lo que es una buena muestra de la dificultad a la que se enfrentarán los nuestros. Paciencia, trabajo y saber estar es lo que se espera de todos. Si hasta ahora lo hemos hecho, quién nos dice que no lo podemos repetir. Yo soñaba con conseguir lo del domingo pasado y sueño ahora con un brillante futuro a corto y largo plazo. ¿Es esto de locos? Puede, pero no creo. Somos muy grandes.



Fotos: www.rtve.es

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